Mis inicios con Guillermo Anderson
Luego de estar 7 años sin regresar a Honduras , era desde enero 1988 que no volvía al país, en el febrero 1994 mi madre me convenció a venir a pasar un tiempo obsequiando un boleto Roma - San Pedro Sula - ida y vuelta.
Estaba tan involucrado en lo que yo definía lo de “desarrollar mi carrera” en la industria musical que realmente no pensaba en vacaciones, consideraba alejarme del trabajo diario una total perdida de tiempo.
En ese momento tocaba muy seguido con la banda Dance/Funk “Deevano”, alrededor de 5 veces por semana, y nos presentábamos en continuación por las provincias de Latina y Roma, a veces hasta más lejos.
A finales del año anterior, en el 1993 habíamos realizado un bonito tour en Australia e igual nos habíamos presentado también en Francia, el grupo estaba en su apogeo.
Ocasionalmente tocaba con un trio de musica latina llamado “Ticamaya”, lo habíamos formado junto a Issa Molina y su pareja, Anija Markovina Wormsen, ella en la flauta y sax, Issa en la guitarra acustica nylon y yo en el bajo eléctrico / guitarra eléctrica.
Además en esos años las mañanas, de lunes a sábado, trabajaba en una tienda de instrumentos musicales llamada “Sonora”, una de las más grandes en la provincia de Latina.
Muchas de las tardes y de las noches que no tocaba me las pasaba en el estudio de grabación de la cooperativa musical “Musa”, del cual yo era uno de los socios, grabando demos o realizando producciones para el sello del mismo nombre.
Y era socio también en otro estudio de grabación, el ‘Circe Digital Studio”, localizado en la ciudad de Sabaudia, a 30 kilómetros aproximadamente de donde vivía yo.
Igualmente recién me había integrado como guitarrista al grupo de la cantautora Liliana Richter de Roma, en ese periodo grabábamos demos de sus canciones con la idea también de presentarnos luego en vivo.
De todo esto y otras cosas que en este momento omito, hablaré más detalladamente en otra ocasión, pero como pueden leer realmente la pasaba bien ocupado .
Para entonces había llegado a la conclusión de que principalmente quería ser productor musical, luego de haber tenido bastante experiencias en el estudio como músico y como ingeniero de sonido, sucedía que en muchas ocasiones, grabando alguna producción en el estudio, terminaba prácticamente siéndolo aún si en los créditos finales del disco luego no resultaba yo con ese crédito.
Estaba buscando, sin mucho éxito, y no por falta de talento a mi alrededor, artistas de producir, pero la mayor parte de las veces por algún motivo no se lograba avanzar.
Lo difícil era poder ubicar alguien que poseyera la madurez que viene con experiencia en el campo, con ideas claras, que ya hubiera “metido un primer pie en la puerta”, que supiera que esto es de mucho sacrificio y dedicación.
Regresando a mis vacaciones en Honduras, un dia del febrero 1994, precisamente el domingo 20, junto a toda la familia, que en esos días consistía de mi esposa Iris y mi hijo Fernando de año y medio, tomamos un vuelo desde Roma a Miami, USA, luego a Guatemala para aterrizar a las 8:00 P.M. en San Pedro Sula.
Estuvimos en Honduras poco mas de un mes, y a pesar de que quise quedarme mas tiempo tenia que volver pronto a la base ya que con Deevano teníamos unos conciertos en Francia para inicios de abril.
Prácticamente la pasé principalmente visitando familiares, estuve mucho tiempo con mi ya fallecido primo Rafael Fietcher y también con viejos amigos como ser Marcelo Alvarado ex Khaos y Hunty Gabbe, entre otros.
Una tarde, ya por concluir las vacaciones, pase a despedirme de Hunty en su casa y este me hizo escuchar un cassette de un concierto en vivo de un cantautor local con quien había estado tocando un tiempo en los años anteriores.
El cassette era por Guillermo Anderson y Ceibana, “Música para Salvar la Naturaleza” editado en 1992, la canción que recuerdo se escuchó de primera era una llamada “Frutales”, que decir...realmente quede impresionado, no me imagine que alguien en Honduras estuviera componiendo y publicando material de ese tipo, sonaba bien “World Music”, algo muy popular en esos días, utilizando guitarras estilo africanas y percusiones Garífunas, esto para mi era algo totalmente desconocido para entonces, más las letras sociales / ambientalistas muy bien concebidas.
Quedé realmente impactado con el artista y su propuesta, Hunty me contó que residía en La Ceiba, me propuse ver cómo contactarlo pero no me quedaba ya mucho tiempo.
Por suerte, al mismo tiempo, aprovechando que yo estaba en Honduras, un buen amigo Italiano con quien teníamos un proyecto musical me avisa que estaría llegando en los próximos días para conocer el país, se trataba de Francesco Cabras, quien ademas de musico cantante, era / es un autor, sociologo, periodista, actor y muchas otras cosas mas.
Los planes de Francesco eran conocer lo mas posible el país en el corto tiempo de su estadía, y tenia La Ceiba incluida, le pedi de contactar y si le fuese posible verse con Guillermo en persona cuando estuviera por ahi, afortunadamente el numero de telefono de este resultaba en la guía telefónica.
Lo que le quería proponer a Guillermo era grabar un disco en Italia, utilizando uno de los estudios en que era yo socio, bajo mi producción y publicar un disco compacto para el mercado local, esperaba le pudiera interesar, intente llamarle un par de veces pero respondia una contestadora y yo decididamente quería hablar con un ser humano.
Llegó el momento de volver a Italia mas Francesco quedo en Honduras y a su paso en La Ceiba logró verse con Guillermo a quien le pareció potencialmente interesarle la propuesta.
Siguieron varios meses de constante intercambio entre nosotros por medio de fax y llamadas telefónicas , a Guillermo lo notaba algo desconfiado al principio, probablemente resultado de algunas malas experiencias que había vivido recientemente al separarse de “Colectivartes”, un colectivo de músicos locales al que había pertenecido y luego de muchas promesas similares que desafortunadamente no habían resultado en nada.
Por mi parte, a la gente de la Cooperativa Musa le había encantado el material de Guillermo que lleve para que escucharan, decidieron apoyar con entusiasmo el proyecto.
Curiosamente unos cuantos años después encontré un cassette de Guillermo en una gaveta de mi casa en Italia, el intitulado “Retratos”, regalo de mi hermana Daniela, quien me lo había obsequiado y enviado a Italia antes de 1994, creo por el 1990, en el momento que fue publicado, y yo lo había recibido pero luego rapidamente olvidado, sin nunca darle una oportunidad, supongo victima también de esa mentalidad basada en que “no podía ser bueno” viniendo de un artista de Honduras.
Poco a poco fuimos definiendo detalles para su viaje y la grabación.
Decidimos eso seria en el abril de 1995.
También se acordó emplear en la grabación a mi banda Deevano y utilizando, según requeriría cada canción en particular, otros importantes músicos locales que rondaban por la cooperativa, muchos venían del ambito jazz, pues el estudio estaba situado arriba de un muy reconocido jazz club de la ciudad de Latina, llamado “Bird Lives” y era administrado por la misma cooperativa Musa.
Guillermo viajaría con un percusionista ya que para entonces no teníamos ningún contacto con músicos locales que conocieran, y no digamos dominaran, ritmos Garífunas.
Entre la cooperativa Musa y yo financiamos todo, con un aporte económico adicional de parte del amigo Francesco Cabras, con eso cubrimos los costos del viaje, la estadía y alimentación, estudio y demás necesidades e imprevistos.
Debo confesar que invertí gran parte de mis ahorros de entonces en ello, tanto creía y estaba entusiasmado con el material de Guillermo, quiero mencionar que en ese mismo periodo volvería a ser padre con el nacimiento de mi hija Sara en julio de 1995.
Guillermo aterrizó en el aeropuerto de Fiumicino, Roma, Italia, el martes 23 de abril de 1995, junto al baterista y percusionista Camilo Fiallos, quien era parte entonces de su grupo “Ceibana”.
Nos trasladamos a la ciudad de Latina, en donde yo residía e igualmente estaba localizado el estudio de grabación, Guillermo y Camilo se hospedaron ahí mismo, aun si luego de un par de semanas se trasladaron a mi apartamento ya que Camilo juraba que el estudio, situado en una vieja construcción de inicios del siglo XX, estaba embrujado, siendo sinceros habían rumores de eso desde antes y yo mismo viví una situación muy rara una vez, pero eso es para contar en otra ocasión,
En esas 5 semanas grabamos un 80% del album, Guillermo decidió llamarlo “Desde el Fondo del Mar”, prácticamente trabajamos todos los días sin parar, yo había pedido permiso en mis varias ocupaciones para poderme dedicar a la grabación sin muchas distracciones, nada mas a las presentaciones de Deevano seguí asistiendo, ya que generalmente no grabábamos de noche, o por lo menos no hasta tan tarde.
Guillermo traía una lista de posibles canciones, entre el y yo seleccionamos 11 para grabarlas, unas eran inéditas mientras otras ya habían sido publicadas en los varios cassettes lanzados por el en Honduras entre finales de los 80’s e inicios de los 90’s.
Aquí una ficha técnica presente en el sitio data base musical Discogs
Guillermo se encargó de voces y guitarras acústicas, yo la mayoría de las guitarras eléctricas, aprovecho para volver a agradecer a todos los músicos que participaron en la grabación del album, además todos lo hicieron ad honorem, brindando su maxima disponibilidad.
Luego del regreso de Guillermo y Camilo a Honduras, eso sucedió el primero de junio de 1995, en el transcurso de los siguientes meses seguí trabajando en los detalles finales de grabación y al terminar todo, en la mezcla y el mastering.
Como nota técnica, para los interesados en este aspecto, el álbum se grabo con dos ADATs de la primera serie, osea 16 canales de audio, puestos en sync con un Atari 1040ST para las partes MIDI - teclados, expanders y samplers, el mixer empleado para todo fue un Mackie 32 8-Bus.
Las mezclas las hice prácticamente yo, solo, aun tengo pesadillas con esas sesiones, sin ningún tipo de automatización disponible y con muchos faders de controlar en tiempo real, la mayoría de las veces con los 32 canales del mixer abiertos, todos funcionando simultáneamente.
La mayoría de los arreglos eran muy densos y con muchísimas variaciones de dinámica.
Seguramente el disco que mas me ha costado en mi carrera, bajo todo aspecto.
Pero también entre mis favoritos y en mi opinion, uno de los mejores que realizó Guillermo, no creo mucha gente lo conozca, mas que por la version de su canción “En Mi País” ahí incluida, esa trae un excelente arreglo orquestal por el Maestro Luigi Caiola.
El Cd de “Desde El Fondo del Mar” fue luego publicado, en su primera edición, a finales de 1996, por el sello “Nueva Luna” en Italia, sello que era parte de la cooperativa Musa y luego reeditado en Honduras por mi sello Costa Norte Records, en el 2003.
La experiencia de pasar tanto tiempo juntos grabando el disco me dio la oportunidad de conocer bien a Guillermo, un excelente ser humano, un gran artista, también es de considerar que teníamos prácticamente la misma edad, nacidos a 50 días de distancia, éramos de la misma generación y con gustos e intereses similares.
Camilo Fiallos lastimosamente falleció unos diez años después, en La Ceiba.
Con “Desde el fondo del Mar” inició mi colaboración con Guillermo Anderson, esta duró mas de 22 años y de alguna manera sigue hasta el dia de hoy, aún luego de su prematuro fallecimiento el 6 de agosto 2016.